Desde el hacer nuevas energías de resistencia comienzan a vitalizar el camino de buscando la calle, alejados de formatos lastimeros de los hedores a institucionalidad, la posición se traza desde la memoria como continuo de lucha permanente, desde la resistencia como acto directo y vital.
Con la subversión autónoma moldeada en estrategia constante de frente y proyección de lucha. Afinidades aunadas, libres, anarquistas y subversivas en un caminar sin retorno, dotadas de la maravilla de ser dueños de nuestros latidos, de nuestros cuerpos y de nuestras decisiones. Todo dispuesto para seguir siendo y proyectando convicciones de despliegue antagónico a postulados y ordenamientos sistémicos sobre la vida, el pensar, la reflexión y el amor.
Este caminar lo transitamos sin pausa y con urgencia desde las vísceras a la reflexión, desde cualquier espacio o escenario reafirmamos la condición de enemigos del Estado. Hoy desde la cárcel y secuestrados por razón de estado, vamos en complicidad buscando la calle, tomamos nuestros cuerpos de la mano de las decisiones, empuñamos la herramienta de combate como lo es la huelga de hambre, teñida de carácter confrontacional, la exigencia es salir al paso consecuentemente a las constantes arremetidas del poder desde lo jurídico, en este contexto (lo policial, lo político y lo económico).
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