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10 de Octubre 1992: Memoria Anticarcelaria de la fuga desde la ex Penitenciaria

fuga10deoctubre10 de Octubre 1992: Memoria Anticarcelaria de la fuga desde la ex Penitenciaria

[Este compilado puede ser corregido y aumentado, cualquier aporte solo enviar a publicacionrefractario@riseup.net, publicacionrefractario@gmail.com]

Nuevamente buscamos ensanchar el caudal de memoria anticarcelaria, desde las distintas experiencias hasta la vida de compañeros que se enfrentaron dignamente a la cárcel y buscaron la libertad por medios propios.
Un aporte más a Sin Prisa pero Sin Pausa. Historia y recorrido de la lucha contra la prisión

Índice:

*La Fuga de la Peni: Operación Dignidad(Sacado y actualizado desde Refractario N°3 )

*Infografías

*El teorema de Palito +Poema sin nombre (a Jose Miguel Martinez) (por Giullermo Rodriguez)

*La Guagua del pum pum en la Peni

*Textos en recuerdo a los caídos en la Fuga

10 de Octubre 1992.La fuga de la Peni: Operación Dignidad.

 (Sacado y actualizado desde Refractario N°3 )

fugadosenoctubre

*Jose Miguel Martinez Alvarado- “Palito”-:Asesinado

*Mauricio Gomez Lira-“Pum Pum”-: Asesinado

*Pedro Ortiz Montenegro-“Peyuco”- :Asesinado

*Patricio Ortiz Montenegro: Recapturado

*Pablo muñoz Hoffman: Recapturado

*Luis Moreno Correa: Fugado

*Francisco Díaz Trujillo: Fugado

*Manuel Venegas Messina: Fugado

Tras la transición democrática, los grupos político militares que enfrentaron con armas a la dictadura decidieron continuar combatiendo durante la democracia entendiendo que se continuaba con un sistema político y económico. Dentro de los distintos grupos que continuaron con la lucha armada se encontraba el FPMR (Frente Patriótico Manuel Rodriguez), en un comienzo el brazo armado del PC pero luego opta por un camino autónomo.

La represión de la democracia aprendió de sus antecesores militares, es así como se forja una campaña desligitimadora contra los grupos armados y se utiliza todo el arsenal para exterminarlos: delación, infiltrados, ejecuciones, etc. La creación de la siniestra “Oficina” (organismo de seguridad para eliminar los grupos politico-militares) es muestra clara de la intencionalidad de la nueva democracia.

motosafueradelaexpenifugaLas cárceles comienzan paulatinamente a llenarse de combatientes militantes de distintas organizaciones, quienes reciben durísimas condenas de prisión por parte de tribunales civiles y miliares. Dentro de las cárceles se comienza a forjar gestos y actitudes de resistencia, los presos lejos de entonar canciones de derrota comienzan a organizarse ante las dispersiones y aislamiento de gendarmería, como también mantienen como prioridad numero uno la salida a la calle.

Corre el año 1992, y 8 miembros del FPMR condenados bajo la ley antiterrorista por asociación ilícita y control de armas entre otros delitos comienzan a darle forma a una fuga que se dice fue preparada con un año de anticipación para la mayoría de los combatientes de esos años (FPMR-MJL-MIR)  la prisión tenía que ser vista como algo circunstancial que no debería extenderse en demasía.

De esta forma, un grupo de prisioneros rodriguistas para ese entonces recluidos en la calle 5 de la ex-Penitenciaria comienzan a idear una rutina con sus visitas para facilitar los planes de fuga. Los amigos y familiares les enviaran maderas para realizar trabajos manuales, estas maderas tenían que ser buscadas por los propios presos en un sector de la cárcel que se encontraba cerca de la puerta de ingreso de las visitas.

pacosafueradelaexpenitenciariafuga92El sábado 10 de Octubre de 1992 a las 10:15 Hrs un grupo de 8 prisioneros del FPMR deciden poner en marcha la operación dignidad. Tras conseguir ingresar dos revólveres Smith & Wesson y una pistola Zig Sauer llaman al carcelero para realizar la rutinaria búsqueda de las maderas. Contemplando que los únicos gendarmes que utilizan armas son los del cerco perimetral y no los que transitan al interior, los prisioneros consiguen reducir al gendarme que los acompañaba.

gendarmesarmadosexpenitenciariafuga92Los 8 presos llegan al improvisado deposito de maderas  volviendo a reducir la guardia que se encontraba en dicho lugar, quedando solo a un portón de la puerta por donde ingresan las visitas.

En ese momento comienzan a emprender la huida, disparando a un carcelero de la torre 8 del segundo piso quien comenzaba a dar la alerta de la inminente fuga. A las afuera los esperarían tres autos acondicionados para su huida.

autoparalafugaexpenitenciaria92

auto para la fuga

Al conseguir abrirse camino y salir de la Penitenciaria los fugistas se encuentran con un vehículo de la policía apostado justo en la puerta de la cárcel que obstaculiza uno de los autos acondicionados para la fuga, que se encontraba estacionado en el bandejon central con documentos, ropa y alimentos. Ante el imprevisto represivo los fugistas disparan contra el vehículo iniciándose el enfrentamiento, de esta forma carceleros, carabineros y policías de investigaciones se lanzan a la caceria y aniquilamiento de los entonces ex prisioneros. El carcelero Leonardo Norambuena y el policía Alejandro Castillo son heridos en el enfrentamiento.

helicopteroapuntadofugaexpenitenciaria92Con el tiempo, las dudas respecto al posicionamiento de distintas unidades represivas a las afueras de la Penitenciaria hacen surgir la fuerte hipótesis de que el organismo de inteligencia llamado “La Oficina” tendría información de la operación dignidad, entregada por infiltrados o colaboradores.

gendarmesafueraexpenitenciariafuga10octubre92El enfrentamiento es groseramente desigual, las dos armas cortas y de bajo calibre no pueden frenar el armatoste represivo con que comienzan a acribillar a los fugistas. Pedro Ortiz muere acribillado por los carceleros en la misma entrada de la Penitenciaria, su hermano Patricio Ortiz se devuelve a socorrero siendo también brutalmente acribillado por los gendarmes quienes terminan de disparar al creerlo muerto.  Patricio recuerda como los carceleros celebraban:

-!Matamos a los Ortiz!

Tras taparlos con una lona y hacerse pasar por muerto, Patricio da señales de vida en vista de la llegada de otros policías y demases funcionarios, así evita una ejecución segura.

parapetos02fugaexpenitenciaria92José Miguel Martinez y Mauricio Gomez Lira huyen hasta el antejardin de una casa particular ubicada en la calle Beaucheff # 1943. Ante su inminente captura Jose Miguel y Mauricio gritan a los vecinos que llamen a la prensa y a sus abogados, buscaban mas testigos ante su inminente matanza. Los carceleros irrumpen en la casa y balean hasta el cansancio a los dos rodriguistas con más de 10 tiros a cada uno, incluyendo selectivos balazos en sus cabezas.

abatidoPedroOrtizafueradelaexpenitenciariafugaFrancisco Diaz Trujillo, tras disparar a los gendarmes que acosaban a Martinez y a Gomez Lira emprende su huida haciéndose pasar por un miembro de la policía de investigaciones en medio del desorden y confusión que reinaba afuera de la penitenciaria, logrando de esta forma abordar un taxi y escapar. Luis Moreno consigue confundirse con las visitas que esperaban afuera de la cárcel para luego tomar una micro y conseguir romper el cerco represivo.

Manuel Venegas, se consigue contactar con un compañero que lo esperaba a las afueras y consiguió escapar del sector.

Pablo Muñoz huyó hacia el parque O’Higgins pero su intento no prosperó, por lo que se refugió en el inmueble de calle Juan Yarur Nº 1978.  Es detenido por gendarmería, subido a un vehículo y rafagueado por los carceleros, un policía interrumpe la eventual masacre y evita que lo ejecuten.

pablomuñozheridofugaexpenitenciariaLa “operación dignidad” culmina con Jose Miguel, Mauricio y Pedro asesinados por carceleros, Pablo y Patricio recapturados con graves heridas en todo su cuerpo y Luis, Francisco y Manuel consiguen escapar de la cárcel.

patoortizrecapturadoJose Miguel se encontraba cumpliendo condena a cadena perpetua por asociación ilícita y secuestro terrorista de Cristian Edward; Pedro Ortiz había sido detenido el 28 de Febrero de 1991 tras un control policial al ser sorprendido en un vehiculo portando un fusil M-16 ademas de incautar explosivos en su casa, acusado por la participación en una expropiación al banco BHIF en Vitacura; Mauricio Gomez fue detenido el 12 de Abril de 1991 bajo ley antiterrorista por robo de armas y vehículos para realizar expropiaciones.

patricioortizheridoLos prisioneros del FPMR declaran que el gobierno y la policía mantienen una política de aniquilamiento, señalando “Teniendo la posibilidad de recapturar con vida a los compañeros fugados, están siendo asesinados en forma alevosa y artera”.

Los carceleros no se conforman con los brutales disparos contra Pablo y Patricio, la repercusión la vivieron todos los prisioneros políticos con las habituales venganzas de gendarmería suspendiendo las visitas indefinidamente a los prisioneros políticos, mientras en paralelo los presos de las galerías 12 y 13 se amotinan durante el mismo día enfrentándose con los carceleros.

A las afueras, familiares y amigos de los compañeros caídos realizan una vigilia en el lugar donde fueron ejecutados Jose Miguel, Mauricio y Pedro.

funeralesLa madre de Mauricio Gomez Lira, el chico pum pum, señalo con orgullo durante el velorio: “Fue su voluntad la que lo condujo a formar en las filas rodriguistas, no para asesinar personas indefensas, sino para luchar contra los opresores. Fue uno de los primeros orgullos que me brindo (..) Es absolutamente cierto el orgullo que hoy siento por mi hijo, eso me hace resistir el dolor de su muerte; el orgullo de saber que cayo sin claudicar en una decisión tomada cuando pequeño. El sabía lo que podía sucederle, pero nunca pensó en dejar a sus compañeros y traicionar a su conciencia” funerales02

 Dos años después se crea la Cárcel de Alta Seguridad (C.A.S) para recluir a todos los prisioneros políticos, es de este supuesto “bunker” de seguridad donde 1996 consiguen porfin fugarse los anteriores recapturados Pablo Muñoz Hoffman y Patricio Ortiz Montenegro. Esta vez un helicóptero los rescata/fuga desde el C.A.S junto con otros 2 miembros del FPMR.

El año siguiente, 1997 Patricio Ortiz llega a Suiza y tras un periodo en prisión consigue la calidad de “refugiado”, en Diciembre de ese mismo año la casa de Francisco Días Trujillo (uno de los fugados de Octubre, procesado por los secuestros a Carreño (87),  Mario Haeberle (86) y el menor Gonzalo Cruzat (84)) es allanada por la policía en la comuna de el Bosque, la orden de captura desde la fuga se concreta en un enfrentamiento que culmina con la muerte de Francisco.

A 20 años de la muerte en combate de Palito, Pum Pum y Peyuco, saludamos el gesto rebelde e insumiso de quienes intentaron y lograron la fuga de aquel Octubre. A los inclaudicables que tras la masacre de la operación dignidad mantuvieron intactos sus deseos de libertad concretando su fuga escapando en helicóptero.

!La pasión por la libertad es más fuerte que cualquier jaula!

carcelerofugaCapitán reyes: Adiestrado en la CNI durante 1981 en el cuartel central (Borgoño), responsable a cargo de la muerte de los fugados, perteneciente al grupo antimotines.

– La experiencia de 1992 no señaló con claridad que la actitud de Gendarmería era no dejar con vida a ningún prisionero político que osara fugarse. Por eso sabíamos que si no teníamos éxito seriamos ejecutados de inmediato – sostiene Ortiz. Agrega: “El operativo no tenía ninguna posibilidad de ser asumido a medias tintas. Era libertad o muerte.

 

*Infografías

01infografiafugaoctubre92 02infografiafugaexpenitenciaria92 03infografiafugaexpenitenciaria92

 

josemiguelmartinezEl teorema de Palito

(por Giullermo Rodriguez)

No hacia mucho que nos habían trasladado desde la Penitenciaria a la Cárcel Publica. Fue un traslado abrupto. Nuestro grupo estaba trabajando uno de los tantos proyectos de fuga que consecutivamente llenaban nuestros días y esta vez íbamos extraordinariamente bien, cuando posiblemente por algún sapeo al voleo, por algún indicio, por alguna razón desconocida hasta hoy, un día cualquiera nos llamaron con la típica formula de los penales: fulano, zutano y mengano deben presentarse en la cuarta reja con todas sus pertenencias. Atrás quedaba el túnel en que había estado trabajando día y noche Mena, Carloto y Carlos Bruit, muy sellado y solamente descubierto años después. Así que de sopetón llegamos a la Cárcel Publica encontrándonos inesperadamente en la calle a donde habían recluido a los compañeros del FPMR que habían participado del atentado al tirano. ¡Mala movida de Gendarmería! Nosotros ya éramos parte del inventario de las cárceles, con experiencia y varias luchas como presos en el cuerpo, sin mucho respeto por el orden que ellos trataban de imponer, insolentes y arrogantes a los ojos de los viejos y nuevos gendarmes que no podían explicarse muy bien de donde sacábamos fuerzas, organización y capacidades para relativizar cualquiera medida que ellos trataban de imponer. Y claro, contagiamos de inmediato al grupo de rodriguistas que, por ser pajaritos nuevos en la cárcel, aun respondían a las ordenes de los gendarmes vía silbato, a las cuentas, a los reglamentos que ordenaban hasta como debíamos estar vestidos. Los desordenados del curso enseñándoles a los mateos y disciplinados rodriguistas como violar cada una de sus ordenes y salir indemnes, al punto que seguramente algún capitán o suboficial mayor debió ser sancionado por tan brillante idea de juntar a los mas experimentados presos políticos que ya habían vivido huelgas de hambre, huelgas secas, fugas, motines, apaleos, tomas de recintos de visita, con estos rodriguistas que llegaban “cruditos” a la cárcel.
Se les fue de las mano el control de los presos políticos en la cárcel y en la misma medida que afuera avanzaba el movimiento de masas en sus luchas por derrocar a la dictadura, adentro ganábamos metro a metro espacios para mejorar nuestras condiciones de vida.
Creo que sobrepasábamos ya los cien presos políticos agrupados en diversas calles remodeladas y exclusivas para nosotros. Los mas antiguos, presos miristas y algunos mandos del FPMR autónomo nos concentramos en la Galería 10, mientras las otras calles la 5, 6 y 9 eran ocupadas por el PC, Lautaro, MIR R, autónomos y descolgados respectivamente.

Y en una de esas apareció Palito por nuestras vidas. Los “manolos” –como les llamábamos nosotros, habían conformado una carreta al fondo de la galería 10, en el primer piso, que encubría – para varias- un nuevo túnel que empezaba a ser trabajado. Ahí se juntaba y compartían alimentos los del mando de los autónomos: Robocop, el Rucio, Víctor Díaz y otros rodriguistas como Poquita Luz, el Pepe, Carlos García, Claudio Araya, Cayuya, el Huaso Colina entre otros y de vez en cuando nos dejábamos caer con Coyete Marchanta conversar, conspirar o simplemente para platicar la amistad. Asi fuimos conociendo a los “nuevos” rodriguistas que iban ingresando a la cárcel, Narvona, Juanito Ordenes, Richard Ledesma, Rodrigo Morales, Esqueletor, y un estudiante inquieto, agujón, irreverente y un tanto atolondrado: José Miguel Martínez.
No tengo idea porque ni como hicimos migas desde el principio. Quizás porque en esa época estábamos estudiando Calculo junto a Coyote y Claudio Araya y el era un apasionado por las matemáticas. Quizás porque mi celda estaba adornada profusamente por cuadros y pinturas de maestros como Delacroix, Rembrandt, Picasso, van Gogh, Miro, Cezanne y el era un adicto al dibujo y al comic.
La cosa fue que nos hicimos amigos y pasaba a visitarme a la celda cada día. ¿Por qué te dicen Palito? Le pregunté un día muy car`e palo, sabiendo de antemano la respuesta. Se cago de la risa y fue muy sincero: Es sola una parte del sobrenombre compañero, respondió: en verdad me dicen palito en el poto….porque parece que los molesto mucho.
Era en cierta medida verdad: preguntón, agujón, irreverente. No le importaba mucho respetar formalismos – y vaya que los rodriguistas tenían mucho- ni menos leyendas o autoridades burocráticas o verticalistas. Simplemente hacia lo que estimaba correcto, justo y convenien0te con lo que aparecía como arrogante, atolondrado.
En su celda dibujó al Comandante José M iguel en la pared y tomando una pierna de un pantalón y un zapato viejo, los rellenó y pegó a la pared de modo tal que parecía que estaba saliendo desde la pared. Impulsivo, durante un tiempo comenzó a hacer practicas de karate no importando quien le observara.
Fue en esa época en que un día se me ocurrió salir a lo que llamábamos calle “Ahumada” y pintar los murales bajo los cuales muchos presos y visitas se retraban de manera posterior. Era “mi volada” durante varios días en la que me acompañaban otros compañeros tocando guitarra, mateando, mientras yo trazaba, rellenaba, delineaba, fundía colores, rostros, situaciones, consignas. Entonces apareció Palito con sus brochas y pinceles y se tomó los muros de enfrente haciendo sus dibujos.
Fue algo jocoso, divertido, propio de ese mundo especial de la cárcel donde se cruzaban ideologías, culturas, formas de ver la vida. Y escribo esto porque al día siguiente, prácticamente había un escándalo bajo los dibujos de Palito, con un compañero de mucha edad del Partido Comunista, campesino, protestando por el dibujo que había realizado Palito: “! Como se le ocurre al compañero dibujar combatientes con cara, pico y patas de gallinas y mas encima volando!” “Este dibujo representa a los luchadores sociales como gallinas, pobre aves” –decía el compañero. Y es que Palito era un muy buen dibujante de comics y había pintado combatientes de un futuro imaginado, seres espaciales quizás de civilizaciones explotadas de otros mundos, quizás seres producidos por manipulación genética para resolver la mano de obra barata que necesita el capitalismo. Pero era eso: un combatiente del futuro, concebido por su imaginación lo que molestaba, lo que lo convertía nuevamente en “palito en el poto”.

Los días y los meses pasan raudos. Palito recobra su libertad y en el penal enfrentamos la tremenda división que generó el proyectos de Leyes Cumplidos. En medio de ello la fuga exitosa organizada por el PC desde la Galería 6 a la que alcanzan a sumarse compañeros del FPMR autónomo y del MIR una vez que se fugara el grupo central del PC y del FPMR del PC involucrados en su construcción. Meses más tarde, la fuga o rescate protagonizada por militantes del Lautaro, la delación del lugar donde se refugia Antoniolleti y su asesinato, más tarde la Huelga Larga que protagonizamos los miristas y FPMR autónomo oponiéndonos a las Leyes Cumplido.

No recuerdo muy bien, pero debe haber sido alrededor del día 40 de esa huelga, en que regresó como visita José Miguel Martínez para convencerme que me bajara de ella, que el frente se había reestructurado, que estaba operando y personalmente me pedía que no me sacrificara, que no arriesgáramos nuestras vidas. Fue una conversación emotiva, de compañeros, en la que le aseguré que llegaríamos hasta donde el colectivo y la dirección de la huelga decidieran. Se fue molesto y ya no supimos de él hasta que fue nuevamente encarcelado y volvimos a conversar, esta vez a través de las famosas calugas de papel muy doblado que eran la forma de comunicarnos entre presos de distintos penales.

Lo habían enviado a la Penitenciaria donde se estaban agrupando a los presos caídos bajo “democracia”. Fue Palito quien me solicitó que le escribiera respecto a como comportarse frente a los presos comunes, pidiéndome una descripción de cómo eran ellos, que podían hacer, como comportarse. Y fue asi como nació mi primer libro: Haceldama- Campo de Sangre que retrata la vida en Penitenciaria, las costumbres, usos, leyendas, mitos, organización de los presos comunes y sus luchas internas, novela en la que inserté el intento de fuga realizado por presos del MIR que culminó con la muerte de Victor Zuñiga Arellano.

Luego salí en libertad y poco tiempo después me llamó Palito para que fuera a verlo. Fue una visita rara en que insistía una y otra vez en que le relatara detalles mas íntimos del intento de fuga del grupo de mirista relatado en el libro. No sabia, no podía saber que ellos estaban preparando el intento de fuga en la que Palito y otros compañeros encontrarían la muerte. Solo al final de la visita me abrazo fuertemente, casi diciéndome en ese abrazo que era posible que ya no nos viéramos más.

En un día como hoy, se realizó la operación “Victor Zuñiga se libera” como la habían bautizado. Pedro Ortiz Montenegro, el único que portaba un arma de bajo calibre, había asumido la responsabilidad de cubrir la huida de sus compañeros. Fue el primero en caer herido bajo las balas de Gendarmería. Su Hermano Patricio regresó para ayudarlo, siendo también herido y dado por muerto. Mauricio Gómez Lira y José Miguel Martínez Alvarado, ya heridos, corrieron a ocultarse en el antejardín de una casa, donde fueron alcanzados y brutalmente rematados en el suelo. Solo Pablo Muñoz y Patricio Ortiz son capturados, en tanto que Francisco Díaz Trujillo (asesinado después en 1996 por Carabineros en la Comuna de El Bosque), Manuel Venegas y Luis Moreno pudieron romper el cerco policial y escapar.

El cielo de octubre se había oscurecido con la sangre de Pedro, José Miguel y Mauricio. Fiel a su teorema de que en la lucha había que dar no solo un momento, sino que todos los momentos, José Miguel Martínez nos dejo para entrar en la historia convertido en ejemplo.

Comparto con ustedes este poema dedicado a José Miguel Martínez, escrito en ocasión de conmemorarse un año de su muerte y leído en el programa «Entre Barrancas y Caminos» de la radio popular Cerro Navia:

palitopumpumfugafpmrPOEMA SIN NOMBRE (a Jose Miguel Martinez)

Dijiste: ¡Ya no más!
ni media, ni una hora más.
Que no dabas la vida en un instante
sino que toda la vida, constante.

Y luego solo vimos
aves carroñeras ensuciando tu aire,
un trozo de muro acribillado,
un torso,
una brizna de hierba que acudió a tu agonía.

No saben los cancerberos
que al destruir tu corazón
una catedral de luz destruyeron.

Grande – como tus anhelos.
Intensa – como tu vida terrena y de combate.

Y a nosotros nos asalta
desde ayer tu sonrisa de hombre-niño
de Palito cotidiano y nuestro
de mago matematico para quien
la vida fue el punto centro
y en la ecuación, el seno fue siempre Pueblo.

Ay Jose Miguel Martinez rodriguista
dubujante apresurado de la vida
trazador de sólida
clara y nitida línea.

Ay amigo hermano, dejame contarte
que desde los muros inconclusos que pintaste
siguen saliendo rodrigos y tamaras
y zapatos libres y cuadernos repletos
de colores, matices y sueños.

Dejame contarte en esta hora homenaje
que estan presentes todos los colores
que tanto amastes

Vienen
Venimos
a tu luz y no a tu sombra
los verdes, los azules propios
los rojinegro
los mestizos
los más constantes

Y ahora que la mortaja
ya no puede contenerte
repartido en semilla
esperanza, fibra, estandarte
vuelves
vuelves del enemigo escapado
convertido en barricada, canto, combate.

Dejame decirte
Jose Miguel contarte
que al fin hermano
hermano
lo lograste.

 

muertos

*La guagua del Pum Pum en la Peni

La Gua Gua de Pum Pum.   Conocí a Pum Pum, o al menos ese es el recuerdo más consciente que tengo, con otro nombre y algunos años antes de hacernos hermanos y amigos. Fue ahí por el año 88, sino no me equivoco estábamos en el Destacamento Estudiantil del FPMR.  Me tocó por algún tiempo la labor como Jefe de pelotón y el Pum Pum era parte de la unidad que dirigía el Flaco Pato, hoy también muerto. Sin embargo, las medidas de seguridad y la compartimentación entre nosotros no permitieron una relación más fluida y además porque pronto se me destino a otra tarea.   Así que nunca charlamos nada más allá de lo estrictamente operativo durante los años 88-89. También nos tocó participar en una operación militar de gran envergadura que desde el punto de vista financiero fue sumamente importante para la realización del 8° congreso de la jota. Fue una operación limpia y muy bien realizada, la mayor parte eran combatientes jóvenes, digo menores que yo, entre los 17 a 19 años, que venían pidiendo cancha desde hacía sus años, pero su corta edad les jugaba en contra. No se trata de que era viejo a esas alturas, con 2 años más, pero había un cierto conservadurismo en el aparato militar respecto de la edad de los combatientes, como que más viejos discriminaban a los más imberbes.   Sin embargo, en una ocasión en que pasaba a ver a una amiga a su casa, más bien había algo de ventaja en esa relación, encontré a Pum Pum en casa de ella. A todas luces algo ocurría ahí, pues la chica visitada por ambos chicos, también era del aparato militar. Un ménage à trois, como tanto otros en la clandestinidad.  En fin, creo que ahí ya lo reconocí más a Pum Pum, se me hizo más familiar aunque no de la mejor de la forma, pues me estaba comiendo la color. Desde esa vez pasaron alrededor de dos años,  y encontrándome en cana en la Peni en 1991, apareció Mauricio Gómez Lira alias el Pum Pum en la calle 3 del CDP Santiago Sur, con su cabello oscuro y arremolinado, su negra barba tupida aunque incipiente, sus ojos picarones que casi siempre dejaban traslucir algunas de sus intenciones. No recuerdo bien el asunto de que llegará directo al pensionado, en aquellos años la penitenciaría estaba bastante tranquila, se vivía una suerte de “tiempos de paz”, luego de lo ocurrido en el segundo quinquenio de los 80,  es decir, desde “el motín del 85″ en que asesinan a algunos presos políticos y la posterior “locura de las chicotas”, y el poder de los cocodrilos, el mejicano y el mayor Unda en la Peni, que según los relatos de los presos de aquella época, la convirtieron en una guerra fratricida, donde hubo muchos muertos y heridos. Las calles cerradas como el pensionado permitían una vida más relajada, en que rara vez debían enfrentar situaciones de violencia como en la población penal, cuyo patio central es el óvalo, donde todos pueden verse pero también ser vistos.   En la de Peni para aquél entonces, se encontraban pocos “nuevos presos políticos”, es decir, los nuevos presos en “democracia”. Estos estaban siendo procesados en su gran mayoría por ley antiterrorista y/o por delitos comunes o ambas, como sucedía muy frecuentemente y como también sucedió anteriormente con “los presos políticos” en Dictadura. El problema se suscitaba cuando habías cometido un delito que se juzgaba en los tribunales del crimen como se les llamaba y además fiscalía militar te cargaban con la formación de grupos de combate que contemplaba la Ley Antiterrorista,  en que te ponían 10 años al toque y para partir.  Los hermanos –nuevos presos políticos de la democracia- cuando llegó Pum Pum, se encontraban principalmente en la calle 5, aunque anteriormente en las primeros meses de la transición, el negro Lepe, el gato Felix y otros hermanos estuvieron en la calle 13 y desde ahí se empezaron a reagrupar para conformar una organización al interior de la cana para negociar con gendarmería entre otros. Además de los hermanos, estábamos quienes habíamos asumido otras condiciones o “status” con realidades procesales diferentes, primero fuimos “los Peteteros”, luego para la policía o servicios de inteligencia “los descolgados”, es decir, militantes o ex militantes pertenecientes al aparato militar que utilizaron estos conocimientos para salvarse. Hay que decir, que eran prácticas generalizadas, de una u otra forma, eran prácticas de continuidad de la lucha pero con sentidos subjetivos diferentes, de ahí la máxima de los Redonditos de Ricota “Todo preso es político”. Por tanto,  convivíamos en el mismo espacio punitivo diversas realidades políticas, sociales, económicas, culturales, militantes y de poder entre otras. Estas diferencias en ningún caso, significaron ausencia de comunicaciones, cooperaciones y solidaridad entre nosotros, muy por el contrario, nuestra hermandad y respeto por la diferencia se plasmó sobre todo en aquellos años en el interior del panóptico. Vivíamos en espacios y situaciones diferentes con sus respectivas medidas de seguridad y compartimentación, como con sus propias realidades particulares.   Compartimos con el Pum Pum durante casi todo el 91 viviendo en la misma celda. Allí conocimos de nuestras penas y  alegrías, de nuestros sueños personales y sobretodo en medio de la crisis de nuestras vidas, analizábamos o al menos eso intentábamos la crisis política y la derrota del proceso chileno, conversábamos de todo, del amor que a ambos nos quitaba el sueño y nos mantenía ilusionados. Nuestra amistad y cariño se multiplicaron infinitamente, fueron momentos de mucha intimidad y cotidianeidad.   En la celda donde vivíamos el guatón Mauricio, Pum Pum y yo, compartíamos también con unos argentinos y Juan Diego, un pata peruano, éramos bastante multiculturales a esas alturas, pues habían colombianos, bolivianos, australianos y otros. Además los hermanos extranjeros –todos por narcotráfico- nos contaban de sus países, de Argentina conocíamos más por diversas razones, pero del Perú no cachábamos casi nada, de hecho el fenómeno de Sendero no era algo muy claro para nosotros. Es así como Juan Diego nos introdujo al tema con mucha información, ahí conocimos la revista Caretas y comenzamos a conocer de las tropelías de Fujimori, las fugas del MRTA, las acciones de sendero entre tantas conversaciones que sosteníamos en esas miles de horas de estar juntos, como también sobre las exquisiteces de la gastronomía peruana.   Una de las tantas noches durante aquél invierno del 91, diría que eran los primeros meses de cana de Pum Pum, hacía mucho frió, eran como las doce de la noche y estábamos “monrreados”, expresión canera, es decir del COA,  que implica estar encerrados por fuera o por dentro, en este caso por fuera, ya que nos encerraban como a las doce de la noche en las celdas, para salir a las 8 am del día siguiente al patio, baños u otros. De hecho todas las mañanas éramos contados  religiosamente en la gran operación estadística de la prisión: “La Cuenta”, ahí por lo general debes formarte de la forma más apropiada según el espacio geométrico de la calle, galería u ovalo para iniciar el conteo de todos los presos, cada “interno”  gime en voz alta el número correlativo que le corresponde según avanza el conteo, esta operación se volvía a realizar a la hora del encierro de las calles y galerías al espacio del ovalo y al tránsito más libre al interior de la Peni desde las 5 de la tarde. El hecho es que estábamos ahí encerrados, conversando Mauricio Grado, Pum Pum y yo, cuando al recordado se le ocurre cagar. Nos habíamos fumado unos pitos y estábamos muy volados para ese entonces. Intentamos con Mauricio todo tipo de disquisiciones respecto de lo inconveniente que era que el Pum Pum echara la cagá adentro de la celda, pero sencillamente sus dolores estomacales lo superaban, así que se aplicó la sabiduría popular canera para hacer una gua gua y luego botarla al patio, algo así como un aborto simbólico. Para hacer esta operación, le entregamos a Pum Pum una bolsa plástica con papel de diario en su interior de modo tal, que no permitiera que el depósito del aborto de la gua gua del Pum Pum fuera a ensuciar o manchar más allá de la propia bolsa, de manera tal de amarrarla y luego lanzarla por entremedio de los barrotes que se encontraban a la altura del piso de madera del segundo piso, de hecho esa era la gran ventilación que poseíamos. La celda estaba dividida en dos ambientes, que se formaban con un piso de madera al interior del cubículo que habitábamos. Además cada celda forma junto a las otras celdas contiguas un ala que compone en este caso una calle con un patio al medio de las tantas otras que forman el panóptico benthamianno de la Peni cuyo centro es el ovalo.   Bueno, por suerte, en la puerta de la celda metálica habían algunos orificios circulares a la altura de los ojos y luego una cortina separaba al resto de la celda-habitación, teníamos esa cortina de colores celestes y azules que hacía las veces de biombo entre ambos espacios, esto de hecho permitía que en invierno no pasara tanto el frio durante la noche o si era de día, servía como separador con el exterior.   Es en ese lugar, entre la puerta de la celda y la cortina es que Pum Pum muy atolondrado y complicado por la situación cometió su primer y único aborto de “gua gua canera”. Sencillamente fue un momento memorable, el olor y la risa nos invadieron durante largos minutos como si el acto de abortar fuera tan para la chacota.   A fines del 91 llegó el Pelao al pensionado, venía de la calle 5 pues hizo el primer año de cana con los hermanos. Así que ahora éramos ya tres hermanos en el pensionado más los amigos que te vas haciendo en el dolor. Fue en cana de hecho, entre las tantas cosas que uno vive, que consumimos drogas distintas a ese entonces de la marihuana. Una de las tantas veces que experimentamos con drogas fue con la famosa chicota. La primera vez, el Pelao, Pum Pum y yo, luego de la compra, la molimos en el plástico que cubre la cajetilla de cigarros, eran pastillas, por tanto el asunto demoraba un par de minutos para que quedara bien molida. Se hacían las respectivas rayas,  “equitativas” y  las jalábamos. La chicota es mentolada y en minutos empieza a hacer sus efectos. En cana siempre está la talla, vacilón o subir al columpio a flor de labios, es una práctica cotidiana agarrarse pal´ hueveo, así que estábamos métale tallas producto de la  situación extraña que nos estaba sucediendo, en que nos cagábamos durante mucho pero mucho rato de la risa.  Luego de vacilar en la celda,  intentamos salir al patio y frente a cada celda había una pequeña vereda o corredor de cemento y dividiendo ese espacio con la tierra o el patio había una suerte de colector de aguas lluvias. El efecto que nos produjo la chicota era tan fuerte, que estábamos como borrachos, sin poder articular bien nuestras funciones motoras, el caminar lento, impreciso y torpe, la mirada extraviada, la pronunciación era un descalabro fonético y nuestras mentes sencillamente incapaces de captar la realidad, en fin, de esas situaciones en que “la estábamos vendiendo o regalándonos”. Así las cosas, salimos en un día soleado de la primavera del 91, debe haber sido un sábado por la tarde después de visita, eran los días en que entraban las drogas, teníamos plata y ganas de salirse de la rutinaria cotidianeidad tan característica de las instituciones-depósitos humanos como las cárceles, en donde el control sobre los cuerpos se ejerce de manera perimetral pero también reticular. Entonces nos encontrábamos a la salida de la celda e intentábamos cruzar hacia al patio, pero nuestros movimientos eran tan torpes que éramos incapaces de cruzar el colector de aguas lluvia que no medía más de 60 cms, en eso un preso nos mira en la situación en la que estábamos y nos “alumbra” que estaba el paco Loaiza en su oficina, así que mejor nos entrábamos para no irnos “en cana”. Cuando estás en la Cana irse “en cana” suena a una doble condición, y es así, la libre circulación por las calles o galerías de la Peni te hace en un sentido libre, pero en celda de castigo o aislamiento la situación cambia drásticamente, no ves la luz, sales una vez al día, te encierran hasta diez días o más,  de ahí la expresión de irse “en cana”, o sea más encierro, menos espacio, más control y disciplinamiento sobre el cuerpo.     Posteriormente y con el paso de los meses, Pum Pum experimentó contradicciones respecto de la conveniencia de seguir en el pensionado con el no status de preso político, la moral hacía carne con sus juegos disciplinares en la conciencia y solicitó su traslado a la calle 5 para integrar a esas alturas el gran contingente de presos políticos de la democracia del FPMR, de las Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro, del Mir EGP-PL y otros. Siempre nos mantuvimos en contacto, pero siempre recuerdo la despedida, pues nosotros fuimos trasladados a Puente Alto a menos de un mes de la fuga, así que cuando nos trasladaron con todas nuestras cosas al pasillo de la guardia interna para esperar el carro celular, le pedí al “paco” (así se le llama al interior de la cárcel a los gendarmes) de la quinta reja, puerta gigante que separa el óvalo del hall de guardia interna para que me dejara pasar a despedirme de los chiquillos y por suerte me dejó pasar . Así entonces me fui a despedir, hablé y me despedí de otros hermanos, de Palito (José Miguel Martinez) y también de Pelluco (Pedro Ortíz) entre otros. Cuando apareció Pum Pum por entre los barrotes de la rejilla de la calle 5 que da al óvalo, con cara triste, más triste de la que tenía cuando vivíamos juntos, a esas alturas yo sabía de la fuga, aunque no detalles, pues nos tocó colaborar en parte de la logística tratando de conseguir fierros que a esas alturas escaseaban.  Pero además porque habíamos sostenido conversaciones con Pum Pum al respecto, por tanto no era algo nuevo a tratar. Hablamos y le dije nuevamente que no se fugara, que esperara,  que pronto él se iría, estaba liviano  -es decir los cargos por los cuales lo estaban procesando eran poco contundentes-, por tanto, era cuestión de tiempo su libertad, pero me respondió muy categóricamente que ya no aguantaba más estar preso, que necesitaba luchar por su libertad. Una de las cosas que siempre hablamos con Pum Pum era la sensación permanente de encierro que nos condicionaba como sujetos, a él lo afectaba mucho, siempre decía que ya no aguantaba más.  A esas alturas, con Pelao estábamos condenados a la pena de 10 años y un día, por tanto sabíamos cuanto nos quedaba por hacer, es decir, para cumplir con la condena.  Esta situación era diferente a la de mayoría de los compañeros que estaban en etapa de sumario-investigación en el antiguo sistema penal.  Luego de conversar por varios minutos llegó el momento de la despedida,  nos dimos un beso y nos estrechamos las manos por entremedio de los barrotes con profunda emoción y nos dijimos adiós, jamás imaginando que sería la última vez nos veríamos en esta vida.

Textos en recuerdo a los caídos en la Fuga:

parapetosfugaexpenitenciaria92*Memoria Combatiente (Viejo Loco, preso por el caso bombas 2010)

Memoria Combatiente

Caminaba inquieto por el pequeño patio carcelario, se subió a su silla de plástico, su figura pequeña y delgada contrasta con la fortaleza de sus convicciones y acciones, ese rebelde comienza a disparar palabras, tan mortales como las balas que abatieron a un policía, sus blancos, son eliminar el olvido y la imagen de un traidor. Hoy es 10 de octubre y su voz quiebra la rutina carcelaria del modulo de máxima seguridad, con la memoria combatiente, con las vivencias intactas, recuerda “la operación dignidad” y especialmente a “palito”(1), “pun-pun” (2) y pedro (3), quienes fueron asesinados mientras intentaban concretar su fuga, ya acertó el primer disparo, la atención está puesta en sus dichos.

Su segundo objetivo, esta ahí, a metros, escondido en una celda, Villanueva, un ex miembro del Frente, un alto dirigente que se vendió a la democracia, que delato a sus compañeros a la “oficina”, oscura organización gubernamental dedicada a “desarticular” a los grupos político-militares, sus palabras aciertan medio a medio y se extinguen súbitamente, eternos y silenciosos segundos las suceden, hasta que de las celdas se escapan gritos de guerra e insultos para el delator. Buena puntería hermano.

Notas al pie.

(1)    José Miguel Martínez

(2)   Mauricio Gómez Lira

(3)  Pedro Ortiz Montenegro

-Viejo Loco-

Anarquista prisionero en el marco de la operación Salamandra (“Caso bombas”). Acusado de Asociación Ilícita terrorista durante el 2010, tras permanecer largos meses en prisión finalmente es sobreseído por la fiscalía. El cuento hace mención a los gritos que Juan Aliste Vega (preso del Caso Security) realizo en el aislado modulo de máxima seguridad contra el delator Enrique Villanueva quien se encontraba preso al reabrirse momentáneamente un proceso en su contra.

Pedro Ortiz Montenegro (Caído en pos de su libertad) -José Miguel Sanchez Jimenez-(Ex –FPMR 2012)

Pedro Ortiz Montenegro (Caído en pos de su libertad)

 

Desde el Olimpo, alzado en el manto de estrellas

siento tu decepción por quienes pasivos se dejan avasallar…

la guerra hacia los pobres hace mucho la declaro el ricachon

y con sus perros guardianes de verde aplacan la rebelión…

es lo mismo de todos los tiempos… hermano querido

tu bien lo sabrás cuando emprendiste la lucha por la libertad

aunque en ello desgaste la vida, lo indómito tuyo crece en mi pecho…

Cuantas batallas ofrecidas a un pueblo no merecedor

la memoria es frágil y el enemigo cuenta con ello,

ese pueblo combativo del que tanto hablamos

es solo uno, metáfora viendo la actualidad…

las botas opresoras continúan pisoteando al desposeído

las balas sagradas desangran el alzado rebelde,

nuestros lapices no escriben todo lo vivido

nuestros pasos no nos guían a la rebelión…

nuestros labios silentes, apretados claman por venganza

mis manos aun fuertes en un puño se alzan

aunque debajo del asfalto no exista igualdad.

Mis recuerdos son un homenaje a tu valentía

a tu iracundo odio a los uniformes…

a la lucha emprendida contra el burgués

a la lucha de clases que jamas cesara.

-José Miguel Sanchez Jimenez-

Cárcel de Alta Seguridad (C.A.S.) Modulo J3ro

Ex miembro del FPMR, activo miembro de la lucha armada contra la dictadura de Pinochet. Indiferente a la “transición democrática” continua luchando siendo detenido y condenado a 20 años al encontrársele fusiles y participar en distintas acciones de enfrentamiento.

Durante su larga estadía en la cárcel lleva a cabo distintas movilizaciones reivindicativas con el resto de los prisioneros “comunes”. Tras conseguir su primer beneficio carcelario, Miguel quebranta la condena para ser apresado hasta el día de hoy, donde se sigue reivindicando como revolucionario y antisistema. Actualmente se encuentra cumpliendo condena.

ortiz06Escritos de Patricio Ortiz -Participe en la fuga y luego fugado desde la Cárcel de Alta seguridad en Diciembre de 1996-

A 20 Años

A 22 Años

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